Angie llegó muy contenta a casa con un graaan árbol. Yo no puse atención y me fui a jugar al jardín. Me extrañó que no me llamara como otras veces para que entrara a comer; cuando me cansé de jugar decidí ver qué pasaba y me encontré con un graaan monstruo blanco en la sala.
¡Guarf... grrrrrrrrr.... Guarf! Ladré frente al monstruo que parecía iba a atacarnos: lleno luces de colores y hasta de música.
¡Ladré más fuerte para avisarle a la familia que había un intruso en casa, pero nadie me hizo caso!, todos estaban muy contentos; luego, se acercaban al monstruo para tomarse fotos con él.
¡Grrrrrrrrr!
Cuando llegó la noche, apagaron las luces de la casa y también las del monstruo blanco, me dijeron que no fuera a acercarme por ningún motivo al "árbol de navidad"
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