¡Hoy fui a la escuelita para perros! ¡Wow! hay muchos perritos de diferentes tamaños y colores, yo quise jugar con todos, pero algunos no fueron muy amigables y me ladraron un poco, creo que tienen que olerme primero y tal vez después quieran jugar conmigo.
No importa, yo estuve muuuy feliz porque el hombre que dijo que iba a ser mi entrenador, empezó a ordenarme que me sentara, y yo no me quería sentar, pero lo escuché decir que me daría una galleta si lo hacía.
"Callie... siéntate" Así que me senté varias veces, y en cada ocasión recibí de premio una galletita deliciosa.
Me gustó mucho la escuelita de perros, ¡quiero volver pronto para que me den más galletas!
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