El domingo me llevaron al parque, ¡es lo que más me gusta de todo el mundo! Fuimos todos, hasta llevamos mi pelota. En el parque es más fácil correr por ella, hay muuucho espacio para todos lados.
Mientras jugábamos, sentí una gota de agua en mi naricita, ¡ups! no supe cómo llegó, volteé a todas partes y no vi nada. Seguí corriendo y otra vez una gota de agua, luego otra, y otra más.
De la nada cayeron muchas gotas de agua, yo no pude esconderme en ningún lado. Los niños estaban muy contentos, dijeron que era lluvia y que les gustaba mojarse.
¡Oh oh! No me gusta mucho el agua, pero estaban tan divertidos que yo también disfruté de jugar mojándonos.
Apenas me empezaba a gustar cuando dijeron que debíamos irnos rápido a casa para no mojarnos más porque después podemos enfermarnos. Todos corrimos a casa pero cuando llegamos yo estaba como si me hubieran bañado.
La lluvia es divertida ¡Guarf... guarf!
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