Los niños salieron a jugar a la calle. Yo quise seguirlos pero no me dejaron. Corrían tras una pelota más grande que la mía, y gritaban "gol" a cada rato.
Luego, los niños de las casas de a lado se unieron y los gritos de alegría eran muchos. Yo estaba desesperada por salir y unirme, así que brinqué muy alto muchas veces para saltar la cerca, pero no lo logré.
Angie se acercó, abrió la puerta y me acompañó a la calle a unirme con los niños, eran dos grupos que corrían por atrapar la pelota, pero yo soy muy buena en eso, porque siempre juego a atraparla, así que me metí entre ellos y con mis patas llevé la pelota a Lalo y él, apuntó a lo que dijo era una portería invisible y con toda su fuerza lanzó la pelota para luego gritar ¡gooooooool!
Me abrazó porque dijo que yo había ayudado y con ese gol le ganaban al otro grupo. Ese juego se llama "jut-bol" bueno, eso entendí y es muuuuy divertido correr tras la pelota.
exelente este libro esta padre
ResponderBorrar