La historia de las garrapatas es muy cómica; yo salí al jardín, cerca de los arbustos un animalito pequeñito me pidió subirse para llegar más rápido a la otra esquina del patio. Fui como su taxi, y luego ya no supe de él. Algo me picaba mucho cerca de mi orejita, así estuve unos días hasta que Angie al revisarme por qué me rascaba tanto gritó como loca ¡¡¡¡garrapatas!!!!
Yo conozco las patas... tengo cuatro, pero ¿qué son las garrapatas?
Me lo explicarían más tarde, cuando mi pelaje fue recortado en una "estética canina", ese animalito que me pareció tan bueno, estaba pegado a mi piel... Escuché decir que son muy malos y que se alimentan de sangre. Oh oh... no me dejaron salir al jardín por varios días y yo, para divertirme un poco, en un descuido, agarré un zapato de Angie y me puse a jugar con él.
¡Creo que lo mordí un poco! ¡No pude evitarlo! ¡Me gusta jugar con los zapatos! ¡Guarf... guarf!
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