Cuando salgo de casa es increíble cómo percibo
miles de aromas…. ¡Miles y millones! Bueno, no sé contar pero son tantos que
creo que son millones…
¡Wow! En casa ya conozco todo, pero en la calle siempre
hay cosas nuevas, ¡algunas huelen muy bien, pero otras apestan!
Así fue que perseguí olores pegando mi naricita
a la tierra, luego a algunos postes hasta que corrí detrás de un carro de
basura, y entonces Angie me detuvo de mi correa.
Me explicó que mi nariz es muuuuy sensible, tal
vez la más sensible de todas las naricitas de animalitos, que por eso huelo
muchas cosas, pero que no debo de correr detrás de los carros porque es muy
peligroso.